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Palacios y castillos de cuento de hadas, la otra joya de Copenhague

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Dinamarca

La consolidación de la monarquía danesa ha propiciado que su capital albergue tesoros arquitectónicos de incalculable valor

Todo lo que necesitas saber para una escapada a Copenhague

Marta Pascual

Hay muchos destinos de Europa famosos por sus castillos y palacios. Edimburgo, Viena, San Petersburgo, el Valle del Loira, Sintra… Aunque rara vez pensamos en los países del norte, las potencias escandinavas tienen mucho que ofrecer en cuanto a arquitectura palaciega. El ejemplo más claro es Copenhague. Entre los contrastes de la capital destaca la perfecta armonía entre la opulencia de los edificios de la corona y la autenticidad del barrio hippie de Christiania, una zona regida por sus propias normas.

Copenhague es una capital avanzada a su tiempo, cuna del diseño y de la sostenibilidad donde siempre queda un hueco para su pasado medieval. Prueba de ello son los castillos que alberga repartidos dentro y fuera de la ciudad. Paseando por el casco antiguo de la urbe es posible toparse con Christiansborg, Amalienborg y Rosenborg; mientras que a menos de treinta minutos en bus estaremos frente a auténticos tesoros arquitectónicos, como Kronborg y Frederiksborg. Cada fortaleza tiene algo que ofrecer.

El cambio de guardia del palacio de Amalienborg

El paso apresurado de los turistas y las trompetas que anuncian el cambio de guardia son las pistas a seguir para encontrar el palacio de Amalienborg, ubicado en pleno centro de Copenhague. Este complejo palaciego formado por cuatro edificios estilo rococó es desde hace 150 años la residencia real de la monarquía de Dinamarca. Todos los días a media mañana se produce el esperado desfile de la guardia real, que lleva a los soldados de la reina a recorrer el barrio latino de Copenhague, Ostergade y Kongens Nytorv, para terminar en el palacio de Amalienborg, donde se produce el aclamado relevo.

Además de asistir a este pomposo acto, merece la pena visitar el interior del palacio de Christian VIII, el único abierto al público y que alberga el museo de Amalienborg. Sus salas llenas de fotografías, retratos y muebles históricos permiten retroceder más de un siglo e imaginar cómo era la vida de los monarcas entonces. El hall principal del palacio continúa siendo escenario de recepciones y galas a las que Margarita II asiste con regularidad. Si al acercaros al palacio de Christian IX veis que la bandera está izada, significa que la reina está en casa y quizá tengáis la suerte de verla entrar o salir de su residencia… ¡No sería la primera vez!

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A la trascendencia política de este palacio hay que añadirle su atractivo turístico. Las ruinas de las construcciones anteriores permanecen abiertas al público, que puede visitar el antiguo foso, las murallas y los restos de nueve siglos de historia de Christiansborg.

Además, también es posible adentrarse en las caballerizas, la biblioteca, la sala del trono, las estancias reales y la impresionante sala de tapices. El último as en la manga de este monumento es la torre de Christiansborg, cuya entrada estuvo acotada exclusivamente a miembros de la realeza durante casi un siglo. Hoy en día, ofrece las mejores vistas de Copenhague. Y son gratis.

Los jardines del Rey son el principal parque urbano del centro de Copenhague

Las joyas del castillo de Rosenborg

Paseando por los jardines del Rey, el principal parque urbano del centro de Copenhague, es posible encontrar artistas callejeros, familias haciendo pícnics, deportistas, esculturas variopintas… ¡y un castillo de más de cuatrocientos años! El rey danés Christian IV ordenó construir esta majestuosa fortaleza en 1606 como residencia de verano y recreo, para lo que erigió unos hermosos jardines y un huerto que hoy conforman el parque más antiguo de la capital.

La belleza exterior del castillo solo es comparable a los tesoros que alberga en su interior: leones de plata, tapices reales, un trono con retrete incorporado… Estos artículos originales que han permanecido intactos desde el siglo XVIII.

Además, si buscáis más motivos para visitar el castillo de Rosenborg, debéis saber que atesora uno de los bienes más valiosos del país: la colección de joyas de la casa real de Dinamarca. Las vitrinas de la sala de exposiciones de Rosenborg dan cobijo a coronas de históricos reyes y reinas daneses, cetros y pendientes y sortijas de diamantes y otras piedras preciosas. Tan solo en contadas ocasiones, alguna de estas joyas ha abandonado el castillo para acompañar a la reina Margarita II a algún evento de especial relevancia.

Hamlet y el castillo de Kronborg

A unos 45 kilómetros de Copenhague, en la ciudad costera de Elsinor, se encuentra el castillo que sirvió de inspiración al mismísimo Shakespeare para ambientar Hamlet. Los entresijos y disputas de los personajes de este clásico se desarrollaron en un lugar muy similar al castillo de Kronborg. Recorrer los pasillos y las estancias del castillo significa evocar cada página de la obra dramática más famosa de todos los tiempos. Además, si tenéis la suerte de visitar Kronborg en verano tal vez podáis asistir a una de las famosas representaciones estivales de la obra.

El castillo de Kronborg se construyó a orillas del Báltico para cobrar peajes a los barcos de mercancías

La apariencia de bastión inexpugnable que proyecta Kronborg no es más que una cortina de humo, ya que su origen fue más político que defensivo. El rey danés Erico de Pomerania mandó construir una fortaleza a orillas del Báltico para cobrar peajes a los barcos de mercancías que quisieran cruzar el mar.

Hoy en día, el castillo se ha convertido en un reclamo turístico e histórico que le ha hecho erigirse como uno de los pocos monumentos patrimonio de la humanidad de Dinamarca. Sin embargo, el verdadero valor de Kronborg reside en sus pasadizos subterráneos, donde descansa la estatua del mítico héroe danés Holger, que solo despertará cuando Dinamarca esté en guerra y necesite su ayuda…

El magnetismo del castillo de Frederiksborg

Si todos los palacios y castillos anteriores tenían una característica que los diferenciaba del resto, en el caso de Frederiksborg es imposible quedarse solo con una. Esta hermosa fortaleza renacentista construida en Hillerød, a 40 kilómetros de Copenhague, tiene todo lo que un castillo debe ofrecer: historia, arte y un halo de misterio. El complejo palaciego está construido sobre tres lagos y está considerado el castillo más grande de Escandinavia. Data del siglo XVI y tardó casi setenta años en finalizarse.

El cuidado escenario que envuelve Frederiksborg tiene como objetivo no solo atrapar a los visitantes, sino reproducir el lujo y la elegancia que tuvo en su época. Preparad la cámara, porque el castillo es fotografiable desde prácticamente cualquier esquina. ¡Os atrapará! Debido a su belleza, tanto exterior e interior, desde hace varias décadas el edificio alberga el museo de Historia Nacional de Dinamarca, una colección de auténticas joyas entre las que se encuentran los retratos y lienzos más valiosos del país. ¿Todavía necesitáis más razones para recorrer los mejores palacios y castillos de Copenhague?

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Etiquetas: como limpiar joyas llenas de plata