Hogar Joyas Gabriel Suárez: «Nuestras joyas son como un tatuaje porque siempre representan un momento especial»

Gabriel Suárez: «Nuestras joyas son como un tatuaje porque siempre representan un momento especial»

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ADRIANA DEL VAL RUIZ Santander

¿Qué recuerdo te viene a la cabeza cuando piensas en ese anillo de tu madre, de tu abuela? ¿O en una joya más concreta que ahora llevas tú, pero que lleva en tu familia generaciones? Para mi significa un mundo, siento que llevo parte de la historia de mis raíces en la mano. Es una sensación difícil de explicar, pero que, al menos a mí, me reconforta, me hace sentir arropada. La importancia de una joya muchas veces va más allá de su valor económico.

Y, si te pregunto por una joyería española, ¿cuál se te viene a la cabeza? Para mí está claro, Suárez. Y no solo porque en mi casa es tradición comprar en sus tiendas, sino también por que uno siempre escucha este nombre cuando se habla de gran joyería, de piezas espectaculares…

Esta maravillosa casa de joyas, que ya va por la tercera generación, aterriza en Santander de la mano de El Corte Inglés. Por este motivo, he tenido el gran placer de charlar un rato con su director creativo, Gabriel Suárez. Nieto del fundador bilbaíno Emiliano Suárez Faffián.

Galería. Imagen de la boutique Suárez de El Corte Inglés de Santander, que está en la planta baja junto a otras firmas de joyería. /el corte inglés

Lo que más me ha gustado durante nuestra conversación, es el amor que Gabriel transmite por su familia, por el legado que ahora tiene, junto con su hermano, entre sus manos. El mimo con el que describe el pasado y presente de la compañía, la complicidad que tiene con su padre… no hacen más que demostrar que el gran éxito de Suárez es la pasión y las historias que hay detrás del trabajo que esconde cada una de sus joyas. Os dejo un poquito de él, a través de sus palabras:

-Llegáis a Santander de la mano de El Corte Inglés. ¿Qué supone tener un aliado como este gran centro comercial y abrir en nuestra ciudad?

-Abrir en Santander ha sido algo lógico. Nuestra expansión por el Norte ha ido muy bien, quizá por nuestra procedencia bilbaína. En Oviedo nos va muy bien, en La Coruña también y, claro, es un paso muy natural abrir en Santander. De la mano del Corte Inglés era lo propio porque confiamos mucho en ellos y en la alianza que tenemos. Estamos seguros que nuestras joyas van a ser muy bien acogidas por la gente de la ciudad.

-Habla de expansión. ¿Cómo y cuándo empezó?

-Hace más o menos ocho años comenzamos a trabajar con El Corte Inglés y abrimos unas nueve tiendas en los centros más potentes: Sevilla, Zaragoza, algunos en Madrid... El resultado fue super positivo, no solo en lo económico, que también, sino por el salto que logramos dar para democratizar la marca.

-¿Cómo lo han logrado?

-Al vernos en El Corte Inglés, muchos nuevos clientes se dieron cuenta de lo competitiva que es nuestra marca, que igual hasta ese momento no era tan evidente. Hay que tener en cuenta que, a veces, cruzar la puerta de una joyería impone, y ahora, con un concepto más abierto como el de El Corte Inglés, las personas se sienten más cómodas y abiertas a conocernos. Sobre todo, entre la gente joven. Para la marca, desde luego, ha sido un antes y un después.

-Habla de la importancia de «romper la barrera» con el cliente, y que éste se atreve cada vez más a confiar en la joyería. ¿Cómo logran trasladar esto al mundo online?

-Cada vez hay más gente que se atreve más a comprar productos de joyería online. No quizá como ocurre con otros productos, porque la compra de una joya conlleva emoción y sentimiento, pero cada vez hay más clientes que compran en la web. Además, cada vez hay más mujeres que se autoregalan joyas y las compran online, o hombres que, por distancia o falta de tiempo, no pueden ir directamente a una tienda física.

-Pero se pierde la magia...

-Eso está claro, ya que en una tienda física interactúas con una persona que te asesora con toda la confianza y se convierte en el 'amigo experto'. Por eso en nuestra página web tenemos a una sola persona dedicada a la atención al cliente online. Esta profesional ya formaba parte de nuestro equipo y ha trabajado en una tienda física, así que conoce a la perfección cada detalle de la marca. Sabe poner el mimo y dedicación necesario para que cada cliente se sienta único. Y le damos todas las facilidades para que, esté donde esté el cliente, compre con todo el nivel de atención que tendría en una de nuestras tiendas.

Galería. En el centro, Benito Suárez flanqueado por sus hijos Juan y Gabriel (derecha)./dm

-La historia de la familia y la joyería Suárez es maravillosa... ¿Qué le ha aportado crecer en un entorno así tanto a nivel personal como profesional?

-Mi abuelo fundó la empresa y fueron mi padre y mi tío quienes desarrollaron el negocio, porque mi abuelo falleció muy joven. En ese momento solo teníamos una tienda en Bilbao, pero por temas socioeconómicos y las ganas de crecer, decidieron mudarse a Madrid y abrir allí. Era el año 82. Aquel cambio nos transformó la vida. Seríamos muy diferentes si hubiéramos crecido sólo en Bilbao. Desde luego fue un cambio maravilloso y grandioso para la marca y para nosotros como personas.

-¿Cómo recuerda su infancia?

-Recuerdo venir de pequeño a la joyería y ver a mi padre creando, eligiendo piedras, zafiros o diamantes para una pieza… Era algo normal, del día a día, y crecimos sin ninguna presión de formar parte de la empresa. Mi incorporación ha sido totalmente natural, de hecho, estudié Periodismo. Al acabar la carrera no me veía al cien por cien trabajando como periodista, así que después estudié Gemología en Londres.

-Periodismo es muy vocacional. ¿Cuál fue el punto de inflexión para meterse de lleno en Suárez?

-Yo quería tener la oportunidad de decidir. Me gustaba mucho escribir y elegí estudiar Periodismo. Si no trabajaba con mi familia, me veía de lleno en esa carrera. Trabajé en La Razón, por ejemplo, y todavía hoy escribo algún artículo o para el departamento de Comunicación de mi empresa. Como desde pequeños hemos mamado la profesión, el salto fue muy lógico y natural. Además, tanto mi hermano como yo, estamos muy ligados a la parte de producto, que es la que más conocemos. Nos rodeamos para todo lo demás de grandes profesionales, pero el producto es parte de nosotros. Trabajamos, en lo que es para mí, el alma de la empresa: la parte más creativa.

-¿Como director creativo, qué debe tener para usted una joya?

-En su día mi padre me dijo que me sentara con él para conocer la parte creativa. Antes había pasado por casi todos los departamentos para conocer bien la empresa y teníamos muy claro que nuestra parte más tradicional, la que tanto defendía mi abuelo, era la respuesta a por qué somos líderes en España. A pesar de los cambios de la sociedad, mi abuelo insistió en que no podíamos tener intermediarios, que debíamos tener siempre talleres propios y diseñar 'in house'. Hoy en día seguimos cuidando estos detalles y, a pesar de que desarrollamos muchas más joyas, seguimos tratanto cada una con mucho mimo, independientemente de su valor. Esa es la clave de Suárez.

-Y aún así Suárez siempre ha sido una firma moderna y vanguardista...

-Hemos ido ampliando nuestra parte más innovadora haciendo joyas que nadie estuviera haciendo en ningún sitio. Hemos creado joyas que se conviertan en amuletos, que cuenten una historia que llega al cliente. Colecciones como 'Romeo y Julieta' o 'Amuletos de Frida', inspirada en el día de muertos de México cuentan historias que nos han emocionado y hemos plasmado a través de una joya.

-Le he escuchado decir que comprar una joya es como hacersee un tatuaje, ¿es así?

-Totalmente. Uno se suele hacer un tatuaje por unos motivos muy concretos y especiales. Yo por ejemplo tengo dos de momentos muy importantes de mi vida. Comprar nuestras joyas es un poco así: para recordar un compromiso, el nacimiento de un hijo, una bella amistad… Al final algo que marca tu vida de alguna forma y una joya te lo recordará siempre.

La boutique contará con cinco mesas de exposición. / el corte inglés

68 metros cuadrados en El Corte Inglés de Santander

La boutique de Santander, adaptada al concepto de Bruno Moinard, se encuentra dentro de El Corte Inglés de Santander (Nueva Montaña, s/n, 39011 Santander). Con una superficie comercial de 68 metros cuadrados, la boutique contará con cinco mesas de exposición, una vitrina y una mesa de venta.

El cuero, la rafia o el hierro son parte de los materiales elegidos. Sus vitrinas de cristal multifacetadas favorecen la accesibilidad y permite en percibir el valor y la belleza de cada una de las piezas expuestas. Su amplitud nos adentrará en un espacio acogedor e íntimo, y una elegante atmósfera que nos da la bienvenida.

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Etiquetas: Cómo iniciar un negocio de joyería hecha a mano.